11 septiembre 2011

Un día en Brighton

Y así llegan los días en que decides tomar el tren a la playa. En otra época hubiera sido imposible ir desde Londres a Brighton en tren. Frecuentada normalmente por la aristocracia a principios del siglo XIX, comenzó a recibir gente de todos lados gracias al ferrocarril construído en 1841. No tiene arena, sino piedritas y caminar sobre ellas duele un poco. Pero es muy rico tirarse ahí y relajarse frente a ese paisaje. Por supuestos, no hay palmeras como suelen haber en las playas venezolanas y yo estuve con el sueter casi todo el tiempo y por supuesto, no me bañé. Pero algunos si se atreven a lanzarse a ese mar frío. Lo toqué y no parecía estar helado, pero no quise ni pensar en meterme en él. Con el paisaje marítimo fue suficiente.
Brighton tiene un antiguo muelle en donde hay un parque de diversiones. Me recordó a California. Me sentí como en una película de otra época donde la gente va a pasar un buen rato en la feria del pueblo y comen algodón de azúcar. Yo preferí comer un curry indio y estaba muy bien. Y por supuesto, me llevé mi cámara para traerles un poco del paisaje en imágenes. Me provocó hacer un collage con ella. Aquí se los dejo. Espero que viajen un poco a esta antigua playa. Ojalá vayamos pronto de nuevo antes de que se acabe este frío verano inglés.

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