05 enero 2010

Emigrar: el reto de subir la montaña

Y se fue la Navidad... Llegó otro año lleno de nuevas metas. Espero que la hayan pasado estupendamente junto a la gente que quieren. Que este año que comienza esté lleno de alegrías para todos ustedes.
Se me hizo difícil escribir durante Navidad, pues como es una época en la que piensas en la familia, en los seres queridos, se disfrutan de las tradiciones, de la gente que viene a visitarnos, de las hallacas, del pan de jamón, del panettone, del turrón, del ponche crema y de muchas otras cosas más pintadas del color navideño, es dificil pensar en dejar todo eso para irse a otro país. Sé que la Navidad es un corto período del año, pero es un tiempo que adoro y se me hace complicado pensar que dejaré todo esto atrás. Siempre sueño con venir a visitar a mi familia cada diciembre. Mi hermana vino de afuera con su esposo, así que hemos pasado un tiempo muy rico aquí. Nos hemos reído mucho y los inconvenientes del país quedaron en segundo plano, como si todo estuviera ocurriendo en otro lugar. Sin embargo, hablar con mi hermana de vivir en el extranjero, me refuerza la idea de aventurarme. En estos momentos escucho la emisora BBC, por internet, para practicar mi inglés. Es un reto para mí aprenderlo bien. Me imagino visitando, por ejemplo, la Biblioteca Pública de Londres o paseando por Hyde Park.
El día sábado fuimos a El Avila. Eramos cinco personas. Subimos un pequeño pedacito de esa gran montaña caraqueña y con nosotros fue una chica que en algún momento fue profesora de escalada. Así que la ruta que tomamos tenía unas pequeñas rocas que escalar. No soy buena en eso de escalar, así que cuando apareció una pequeña pared, entré en pánico. Pero todos me impulsaron a subir, tenía que hacerlo, no había opción. Me subí a la pequeña pared y en la mitad, me quedé como atrapada, pues sentía que no podía, que me iba a caer, que me iba a romper la cabeza, qué sé yo. Me decía a mi misma: bueno, si no puedo subir esta pequeña pared, ¿cómo podré tener éxito en mi emigración? Me tomo un tiempo subir, pero el apoyo de los demás, diciéndome que tenía que subir como diera lugar y mi pensamiento de que tenía que hacerlo, hizo que subiera esa pequeña pared. Y concluí para mi misma: sí podré tener éxito en mi emigración.
La amiga de mi hermana, conocedora de escalada, me contaba que cuando llevaban a niños por ese pequeño camino y había algún niño que no quería escalar, al ver que los cincuenta niños delante de él lo habían logrado, él se aventuraba. Es cierto, así lo veo, pensar en toda la gente que ha dejado el país y ha tenido éxito, es un gran impulso para mí.
El subir esa pequeña pared fue una motivación para mí y reforzó la seguridad de que todo esfuerzo es recompensado. Recordaré siempre esa satisfacción que sentí. Afrontar los obtáculos, no dejarse vencer, es el secreto del éxito tal como dicen por ahí. Seguir hacia delante en medio de la angustía y de los miedos. Estos siempre se superarán. Emigrar y lograr el objetivo de establecerme en otro país, se ha convertido para mí en un reto, quiero demostrarme a mí misma que sí puedo, más allá de los inconvenientes que tenga Venezuela, más allá de querer abandonar mi país, es un deseo por vivir en un lugar ajeno, lograr la adaptación y llenarme de la cultura del país donde voy a vivir. Emigrar es como subir una pequeña montaña.

2 comentarios:

Acosta dijo...

Emigrar es como cruzar los Andes diría yo, jejeje.

Muchas felicidades y todo lo mejor para el 2010.

Saludos.

Alejandra Click dijo...

jajajaja... sí, me pareció demasiado poner que emigrar es como cruzar una gran montaña. Quiero convencerme de que es fácil! Aunque a mi hermana se le ha hecho sencillo, tiene facilidad para eso... Lo mejor también para tí y tu familia en este nuevo año que comienza. Saludos!