10 octubre 2010

Los hay para todos los gustos

Londres, Londres!
Una ciudad llena de relojes, donde el tiempo pasa de prisa y la gente camina rápido por sus calles y avenidas. Es una de las simples razones de por qué me gusta Londres, o sea, porque tiene relojes (no porque la gente camine de prisa :)) y relojes de los antiguos. De hecho, cuando haga mi lista de por qué me gusta Londres, la añadiré ahí.
En cada esquina se asoma un reloj, en cada cornisa, en cada edificio, en el tope, de lado, pequeño o grande, ahí está el reloj. Yo adoro los relojes. Me gusta ver sus innumerables diseños y más si son viejos. Cuando veo un reloj por estas calles, le quiero tomar una foto de inmediatamente. Y es que me parece que forman parte de la historia de esta ciudad ciudad y de ese legendario puntualismo británico. Cada vez que los veo me imagino a los hombres, un siglo atrás, caminando con sombreros de copa y revisando sus relojes de bolsillo. Hay un reloj por ahí, en esta ciudad, que muestra unas figuritas moviéndose cada vez que da la hora. Sí, es que los relojes cucu siguen siendo curiosos para mí. Y bueno, cuando oigo el Big Ben a lo lejos me emociono como niño con juguete nuevo. Suenan preciosas sus campanadas a lo lejos y el sonido se desliza suavemente por el Támesis.
De algún modo, los relojes también me hacen recordar a los cuentos de hadas. Tal vez por eso me hacen tan felices. Porque vuelvo a esa época de ensoñación: mi infancia. Cuando los veo recuerdo a Alicia en el País de las maravillas, El Cascanueces, Peter Pan, Mary Poppins. O sea, a la gente con la que crecí.
Poco a poco voy coleccionando fotos de relojes.
Lo más curioso de todo es que yo no uso reloj pulsera. Y es que una vez noté que veía mi reloj cada cinco minutos, en las clases, antes de entrar al cine, en el tráfico, en las salas de espera, en las fiestas. Así que dije: no más. Y decidí buscar la hora por ahí, a mi alrededor. Sin embargo, suelo usar el del celular. Es bárbaro notar cómo el mundo está lleno de relojes. Y hasta me encontré una vez un reloj pulsera de lo más elegante por la calle. He recibido relojes de regalo varias veces, pero nada que los uso. Yo prefiero verlos por ahí. Es que son tan bonitos! Sí, unas piezas de arte...

Sujete el reloj con una mano, tome con dos dedos la llave de la cuerda, remóntela suavemente. Ahora se abre otro plazo, los árboles despliegan sus hojas, las barcas corren regatas, el tiempo como un abanico se va llenando de sí mismo y de él brotan el aire, las brisas de la tierra, la sombra de una mujer, el perfume del pan.
Julio Cortázar

P.D. Recordé que hoy mi blog cumple años! Que casualidad que publiqué justo hoy. Tengo 1 año ya dejando mis palabras por aquí. Saludos a todos los que pasan a leer estas palabras!
Felicidades blog.

Witness


The last hour

3 comentarios:

Anónimo dijo...

La vida es una barca.

CM

Patricia ♥ dijo...

Ale, me das envidia!!!!!!! que bellas fotos. Un besote.

Alejandra Click dijo...

Paty, pero si tus fotos son una belleza también!
Un abrazo!

Y anónimo...
La vida no es sólo una barca! La próxima vez pon CP.